A Juanma……..
Subbética Trail. Con ese nombre ha sido bautizada la prueba en la que hemos participado el pasado domingo día 25 de Marzo. Son las 7 de la mañana, del único domingo del año en que uno puede levantarse más tarde sin que nadie le diga nada…tenemos la excusa perfecta: El cambio de hora. Pero nosotros, no, vamos y nos levantamos a las 6:00. Esta noche nos ha restado una hora de descanso a los participantes, bueno, en realidad, a todos.
La Subbética está constituida por los municipios de Almedinilla, Benamejí, Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Encinas Reales, Fuente Tójar, Iznájar, Lucena, Luque, Palenciana, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros, y engloba en su interior a uno de los Parques Naturales de Andalucía de mayor riqueza paisajística y ecológica. La prueba ha tenido como inicio y meta la localidad de Zuheros.
Un Castillo nos recibe. La salida es en la Plaza del Castillo. Todo estaba preparado. Sólo recoger el dorsal, el chip, pagar la fianza (que al final de la carrera nos han devuelto escrupulosamente), firmar la declaración jurada, y prepararse para la carrera. Sólo por disfrutar del escenario natural que ofrece la plaza, solo por eso, hubiera valido la pena estar allí.
Hay dos modalidades. Senderista. Salen media hora antes, y hacen un recorrido de unos 14 km y 450 m D+ y corredor (en la que hemos participado)que constaba de 26 km y 1290 m D+.
Se produce un retraso. La salida para los corredores, prevista para las 10:00 se pospone 10’….Mientras tanto, el speaker entretiene a los participantes, que los sabe nerviosos, y en ese impas, hace mención expresa a la gran acogida que la prueba ha tenido en Mairena del Alcor….desde ese momento, ya no cabía mas nadie en la plaza….todo el mundo nos miraba….y nosotros, claro, orgullosísimos, por no mencionar nuestra pequeña experiencia en el mundo de la comunicación audiovisual a nivel mundial nada más llegar….si es que todos de blanco, llamamos la atención…..!ah!!!! y lo mejor…..la bandera…tenemos bandera….el presidente, se mostraba hoy orgulloso portándola, no hay hoy rincones pintorescos en Zuhero, que no conozcan la simpar bandera del CDM Ultrafondo Los Alcores.
Pero llegan las 10:10, y comienza la cuenta atrás…..10…9…8….7…..()……0. La carrera ha comenzado. El pueblo entero estaba en la plaza mirando y animando, nosotros vamos tranquilos, casi todos, Ramón y Juan Baeza ya se han marchado.
Los primeros km, transcurren entre el pueblo y una vía verde que lo bordea, y en puntos concretos, gente animando….en esta ocasión ha habido mucho de eso….mucha gente animando. Vamos, como decimos coloquialmente entre nosotros “llaneando”, son los 4 primeros km. Qué bien. Pero hay un giro a la izquierda y de pronto, la primera rampa seria. De golpe te encuentras con un mastodonte de 6 km en el que respirar era un privilegio que pocas veces puedes tomarte, por no hablar de las piernas, que se te encogen se te meten para adentro y tienes que empujar con el alma, porque de otro sitio no hay de dónde tirar. La gente que nos acompaña, se queja. Algunos ya la hicieron el año pasado, y no recuerdan la razón por la que han vuelto a repetir, porque en ese momento, estaban arrepentidísimos. Km 5. Primer avituallamiento. Líquidos. Sienta bien. Pero no por ello la cuesta se hace menos pesada. Nos queda el tramo más duro, o sea, casi toda, el avituallamiento estaba nada más comenzar….claro, alguien pensó fríamente: Vamos a darle agua a las criaturitas, a ver si bebiendo se les pasa el susto. Y es verdad, se te pasa, te lo tragas, pero luego vuelve. Así subimos a la primera cima: Collado Pico Abrevia (lo de abrevia suena a broma). Bajada, hasta el km 12 en donde tras varios derrapajes, hay un avituallamiento, esta vez con fruta, turrón, chocolate y carne membrillo (rico manjar manufacturado en una localidad cercana). Sienta bien. Recuperas un poco y sigues. Al final un punto de control. Desde este momento, el recorrido es coincidente con el de los senderistas.
El trayecto transcurre por un camino, tan castigado por el agua, que lo han rellenado con piedras…piedras sueltas, para mí, una trampa mortal, pues yo tropiezo con una servilleta que se cae al suelo en mi casa e incluso en la de mi hermana mientras tomo el aperitivo. En esta segunda subida, me cruzo con el que resultó ser el ganador de la prueba, un marroquí que ganó ya la misma el año pasado, y que al verlo venir, estuve a punto de llamar a alguien de la organización, pues, bajaba sin poner los pies en el suelo. Técnicamente eso es volar, y no está permitido. Que velocidad. Yo pisaba una piedra, se movía ésta (cosa que comprendo) y las 50 o 60 de alrededor (cosa que también comprendo), el marroquí cuando pisaba (repito, si es que lo hacía) movía también alguna de las de alrededor mío (es este particular el que no comprendo), las suyas no…..como bajaba…..
Subida dura, muy dura, que nos conduce a un cruce de carretera, y al que cuando llegué, noté que no había senda por donde seguir. Alguien de protección civil me indica: Por ahí. Miro y solo veo una pared de tierra vertical con algún que otro tocón de la vegetación autóctona, pero senda, lo que se dice senda…no. ¿Por ahí?...le espeto de nuevo…..si, si, por ahí, me responde ya un poco afectado. Bueno, pues por ahí. Salté, como se salta cuando un barco zarpa y te quedas en tierra, con el rabillo del ojo ves a la persona más importante de tu vida dentro del barco y notas que susurra algo que llevas queriendo escuchar desde el momento de la creación, saltas y al final caes al agua y quedas mal…..bueno, en las pelis, los americanos, como saltan mas, caen en el barco y claro, ellos quedan bien…bueno, pues así….nada más terminar la breve escalada ves la baliza, ¡claaaaaaro¡, era por ahí, me volví, y lo mas educadamente que pude, le di las gracias al buen hombre y reanudé mi tarea. ¿Cómo iba a saber yo que era por ahí?.
La rampa, no era baladí. Esta vez, la vegetación te estorbaba y el sol te castigaba. Para una vez que corro sin la gorra... Bueno, otra lección aprendida, desde hoy, me la pondré hasta cuando llueva. Paso otro avituallamiento y un nuevo punto de control. Qué bien sientan esos segundos de reposo. Continúo mi marcha. Ya falta poco para coronar el segundo alto. Pero vamos en llano. Alguien nos avisa, que viene una “rampita”. Un corredor que me acompañó en ese trayecto me puso la ceniza en la frente: “de rampita nada…..que es corta, pero matona”. No sé porqué, pero en ese momento, mi corazón creyó al primero, pero mis piernas supieron que el que llevaba razón era este último, y desde luego, la palabra “rampita” desde hoy para mi tiene otro significado… y desde luego busqué a esa persona que en su afán de animarnos nos dijo “rampita”. Algo así como si a Induraín le hubieran dicho que venía un repechito antes de afrontar las 21 curvas que tiene la ascensión al Alpe D’huez. No la encontré. Creo que al verme la cara, se asustó y no sé si ya habrá parado de correr. La “rampita” se acaba y coronamos el Cerro de la Montosa.
Desde este momento ya es bajada. Sendas como autenticas alfombras, se turnaban con roca suelta, y pasos elevados al curso del arroyo que durante un tramo fue mi compañero. Vuelvo a pasar por el punto en donde me crucé al Marroquí y comprobé lo del movimiento de las piedras, y , como antes, se movían tanto que esta vez, como iba cuesta abajo, provocaba pequeñas avalanchas y más de una vez alguna que otra me adelantaba por encima de mi cabeza, tanto fué así que temí por mi integridad física.
Durante un segundo, vi la estampa del pueblo clavado en la montaña. Que preciosidad. Termino mi particular bajada. La llegada a meta esta vez ha sido un poco especial. Rampas de madera, escaleras robadas a la montaña, un paso por los túneles del castillo, y por fin, la meta. Ha sido un último km emocionante. Por un lado, los más rezagados de los senderistas, se retiran y te dejan pasar, como con admiración, por otro, la estampa del pueblo, una belleza, pero lo mejor, lo mejor ha sido la gente. La gente que, repartida por todos y cada uno de los 26 km de la prueba no han dejado de animar a ni uno solo de los participantes, nos han animado hasta hacernos enrojecer de orgullo, han gritado todos nuestros nombres, nos han aplaudido hasta darnos ese “puntito” que nos hace falta para dar el siguiente paso…de verdad, por un momento nos hemos sentidos, héroes, protagonistas, como queráis llamarlo, pero en definitiva, importantes.
Ramón, esta vez, sólo con la cadera chafada, ha pillado trofeo. El segundo de su categoría. El resto, creo que vamos a tomar la determinación de darle todas nuestras mochilas para que él las lleve, a ver si así, alguna vez podemos disfrutar de su compañía. Es un excelente Cicerone (Es mi particular manera de darte la enhorabuena, porque eres un gran corredor). Juan Baeza ha hecho una carrera espectacular, aunque esta vez, ha tenido que pagar un peaje (que deseo que se te cure pronto, eres fuerte, verás como sí). Andrés, el benjamín, ya piensa en bajar de tres horas para el año que viene, eres excepcional, tienes fuerza para eso y para más, pero como dice el peluca: a los “viejos” nos respetas. Y José Manuel, hoy ha dado un mazazo y se ha tirado al rio…ha bajado como alma que lleva el diablo, rompiendo así su mejor marca….que tío.
Y yo,…. yo solo soy el que escribe, y no quiero irme sin decir, que sólo un nombre no han podido gritar hoy los “Zuhereños”. Un nombre que tiene un sitio entre los maratonianos, turdetanos, inferno trail, animal trail, ronda….y tantas y tantas. Un nombre, que todos pronunciamos con respeto, porque se lo ha ganado a pulso, con tesón, trabajo y horas y horas de entrenamiento. Cuando yo lo ví correr por primera vez, llevaba una botellita de agua y unos casquitos. Ahora, le ha surgido un contratiempo, una tontería, que hará que sus “trabuco” se le aburran un poco…pero estoy seguro, que tendré que encontrármelo otra vez, con su botellita, sus casquitos y sus “mamias”…..JUAN MANUEL ESPINOSA DOMINGUEZ.
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