lunes, 16 de abril de 2012

ANIMAL TRAIL 2012




TROFEO AL EQUIPO MAS NUMEROSO
DEDICADO A JUANMA Y ENRIQUE

7:00 de la mañana. Un numeroso grupo del Club de Montaña, se desplaza a la localidad Malagueña de El Burgo. José Manuel, Germán, Sergio, Isaac,Francisco Javier , Reina, Manuel, Casado, Juan, Ramón, Nino, Andrés y este que os escribe. El Burgo, es una localidad malagueña, cercana a Ronda y situada en la conocida ya por los más veteranos, Sierra de las Nieves, declarada Parque Natural y Reserva de la Biosfera.
Animal Trail. Ese es el nombre que tiene la prueba realizada en el día de hoy. Con ese nombre, a uno se le quitan las ganas de aparecer por allí, si acaso, sólo asomarse a ver que es. Una prueba deportiva con semejante nombre “Animal Trail”, tiene que ser para titanes….o por lo menos, según se percibe leyendo el nombre, para animales (deportivamente hablando, claro). Nada más lejos de la realidad. Una preciosidad. Quedaran para siempre en mi retina, las estampas dignas de postales de National Geographic que he visto hoy, y he tenido el placer de compartir con mis dos acompañantes ….a eso voy.
Lo primero que notamos nada más llegar a la zona de Salida-Meta (Albergue Rural La Rejertilla), es frio, mucho frio, y si mirabas al cielo, no parecía que la tuviésemos todas con nosotros…amenazaba lluvia. Pero frio. Recogemos los dorsales y nos disponemos a cambiarnos de ropa. Ese acto, tiene un no se qué, que parece que entras en calor, y yo creo, sinceramente, que cuando nos ponemos la amarilla, el cuerpo lo percibe y cambia. Da igual si hace frio, calor o llueve a mantas….la amarilla nos consuela y calienta. Entre charlas, risas, chistes, nos avisan que en 5 minutos comienza la prueba….nos apresuramos para llegar a línea de salida, no sin antes, hacernos la foto, con la bandera….orgulloso portador nuestro presidente, y tirando del buen hacer de un participante distraído que pasaba por allí, le pedimos que nos hiciera una foto, que luego en realidad se convierten en 40. Hoy contábamos con la inestimable ayuda del nuevo y flamante reportero grafico, Francisco Javier, que tuvo a bien (menos mal) en llevarse su cámara de fotos.
Los participantes en la modalidad de 50 km, apodada “La Bestia”, han salido a las 9:00. Nosotros, participamos en la modalidad denominada “La Bella”. Tenemos por delante 25 km, que prometían ser duros…..o eso creíamos.
Los primeros metros transcurren por el tramo de pista forestal que nos sirvió como acceso, llanos, completamente llanos, pero eso duró poco….en un giro a la izquierda, comienza lo que hace distinta a las carreras de montaña, una rampa, que en su primer envite presentaba un desnivel “suave”, para luego, al llegar arriba, seguir subiendo, ahora sí, con un desnivel de “no te menees”. Mis dos compañeros, Francisco y Nino van bien. Vamos en fila india, no había forma de adelantar, senda estrecha y muy empinada…¿Tenemos prisa?...no, pues entonces para que vamos a adelantar, de todas formas, Ramón y Juan ya estarán muy lejos y ya no los pillamos.
Normalmente, los ruidos que voy escuchando son los de mi propia respiración, o los de otro corredor que viene respirándome en la nuca, pero hoy, no ha sido así, por lo menos en la primera subida seria de la prueba. No podíamos avanzar tan rápido como queríamos, o podíamos, había un tapón delante nuestro y no acertaba a adivinar que estaba pasando. Poco a poco, vamos adelantando a otros que ya empiezan a presentar síntomas de agotamiento, y es entonces cuando comienzo a oír una voz, que va “retransmitiendo” el terreno que  pisa. No doy crédito a lo que veo. En un primer momento pensé que era una excursión de gente inexperta, y el guía les iba contando como tenían que ir pisando para no sufrir accidentes. Nada más lejos de la realidad. Al acercarme lo suficiente, veo a dos hombres que portan una pértiga larga. Uno va delante sujetando un extremo con una mano, y el otro va detrás sujetando el otro extremo. Había un tercer hombre, el que iba en medio. Es ciego. El primero, va describiendo el terreno que pisa, porque el de en medio no puede verlo. Lo percibe a través de la pértiga  a la que se agarra y con las instrucciones de sus compañeros. Si en alguna carrera hay que quitarse el sombrero, es en esta. No he mencionado, que la prueba de 25 km (La Bella) ha sido elegida por la ONCE como prueba test  para invidentes. El corazón se te encoge, cuando ves semejante estampa.
Con el corazón un poquito encogido, llegamos a la primera cima. Km 6. Mi compañero, Francisco, enseguida se da cuenta de la belleza del paraje en el que estamos inmersos. Si no fuera por la carrera, no estaríamos allí. Nino, viene con fuerza y con su botellita de agua. Bien, esto va bien. Casi sin darnos cuenta bajamos nuevamente, pero por senderos poco técnicos. El agua que ha caído en estos días ha servido para que la tierra se asiente, y que junto con las agujas de las coníferas que abundan por la zona, se forme una alfombra, que a veces daban ganas de probar a correr descalzo.
 Estamos en el km 8. Conocedor del perfil de la carrera, sabía que la segunda subida, que nos llevaría hasta el km 12, era la más dura. A mis compañeros ni “mu”. El ritmo es muy cómodo, y vamos alternando sendas ( o alfombras, no sé que palabra lo define mejor) con pistas forestales. Alguna de ellas nos dio un susto, pues creímos que teníamos que subir por ella….”menos má”, torcemos a la derecha. Hay un momento en que encontramos un pequeño grupo que nos anima…francamente, que bien. Los últimos metros, son los peores.
Sabes (o solo yo sabía) que quedaba poco, pero no “cuanto de poco”. Siempre hay alguien que se presta a ayudarte y definirte exactamente cuánto te queda. En este caso fue un miembro de Protección Civil (de los de El Burgo), el que cómodamente asentado en la ladera de la montaña, con su radio a todo volumen, con la emisora de moda, nos espeta desde lejos: “Venga que ya os queda poco para coronar”…algún resorte activó en el cerebro de mi compañero Francisco que no se cortó un pelo a preguntarle: “¿define coronar?”, a  lo que el individuo, le responde nuevamente: “Ahí mismo, ahí atrás…” Nos lo creímos. Las distancias no se perciben de la misma manera si eres el que corres o si eres el que está sentado a la sombrita….hay un leve matiz que los diferencia, aunque, un metro está perfectamente definido en el sistema métrico decimal, me atrevería a decir que “ahí atrás” no define muy exactamente cuantos metros (cuesta arriba sobre todo) nos quedaban aun. Cuando finalmente, pudimos experimentar empíricamente la distancia exacta de “ahí atrás”, no había ganas de volverse y hacerle tragar la radio sonando y todo. En fin, esto es así, pero mi amigo Francisco se llevó un disgusto cuando se dio cuenta de que nos habían engañado. Bueno, no pasa nada, aunque parezca una broma inocente, cuando llevas un desnivel acumulado de 1050m, las piernas no están bailar un tanguillo.
Al “coronar”, ya sabíamos que todo era bajar. En estas pruebas siempre hay zonas de avituallamiento. Quiero resaltar, que en el último avituallamiento, nos dieron fruta. Exquisita. Recomiendo vivamente a todos mis compañeros que la coman, porque además de reponernos los electrolitos del cuerpo nos regalan unos segundos de descanso, por no mencionar lo ricas que saben. Claro, eso se lo digo a los que la velocidad de crucero es “normal”, es decir, la que te mantiene el peinado intacto desde que empiezas hasta que sales. A Ramón, ni se me ocurre, el se enteró de que había fruta cuando llegó a meta…gensanta, a que velocidad va para no ver una furgoneta, con una mesa delante, tres señoritas muy amables, un señor que siempre las acompaña y parece el conductor de la furgoneta, un cubo de la basura, además, unos cuantos allí “paraos” poniéndose “puos” de fruta y bebida isotónica.
La bajada, por una vez, para mi una delicia. Pista forestal y sendas muy bien marcadas, todo ello aderezado con la belleza del entorno, que por otra parte, no me canso de repetir. Llegan los últimos km.
 Nino, hasta ese momento, lo único que había dicho era “buenos días” (a las 7:00 cuando nos vimos ya dentro del coche, el no participó del desayuno comunitario), y “¿Queréis un café?”  (mas o menos en el km 100, mientras nos desplazábamos a El Burgo), o sea parco en palabras. Francisco y yo, toooooodo el tiempo charlando, contándonos nuestras cosas (claro, son 25 km, y no vamos a ir callados, habrá que hablar de algo, ¿no?). Nino no hablaba. Sólo bebía agua de su inseparable botellita, que en los avituallamientos había repuesto y que ahora era portadora bebida isotónica. Su silencio nos ponía en alerta…¿obedecerá a una estrategia?. Es de todos conocido, que al ir hablando, poco a poco, vas consumiendo más energía que el que va en silencio. Nuestras sospechas se confirmaron, cuando en las ultimas rampas de bajada, aprovechó un descuido nuestro, nos adelantó, imponiendo en el grupo  un ritmo endiablado, que hizo que Francisco y este que os escribe, tuviéramos que echar manos de toda nuestra experiencia para darle caza. Todo lo tenía meticulosamente planeado. Ya no podíamos dejar de vigilarlo, muy de cerca, pronto llegaríamos a meta.
 Así fue. En un recodo del camino, de repente, ahí abajo, el arco de meta. Para nosotros ha terminado. Entramos juntos. Una vez más una bonita experiencia, que si encima, vas entre amigos, hace que todo sea mejor.
Hemos sido los últimos del grupo…no nos importa……Francisco, creía que iba a romperse, no iba a permitirlo, en mi grupo, no. Nino, no sabía si llegaría. En mi grupo, llegamos todos. Ha sido una de las carreras mas bonitas en las que he participado, aunque se llame Animal Trail.
En  meta, nos comunican que Ramón, ha ganado en su categoría, y ha quedado el 11 en la general. Juan Baeza, otro extraterrestre, ha entrado por detrás de él a solo 2’, (me queda la duda de si Juan ha visto el puestecito de fruta del último avituallamiento)…..el resto ha ido a un ritmo más tranquilo y todos han tenido una bonita experiencia. Además de Ramón, esta vez, el club ha sido galardonado con un trofeo, al grupo más numeroso. Esto parece fácil, pero todo forma parte del tesón, el trabajo y el sinvivir de una persona. El Presi, José Manuel. El trofeo, si es de alguien, es suyo.
Más de una vez, y más de dos, nos hemos acordado en carrera de los que no han podido venir, porque están en la enfermería. Juanma, “mamia” (como a ti te gusta), nos hemos acordado cada vez que dábamos un saltito, y como sabes hemos dado muchos, “la que t’as perdió”….aunque tu la corriste el año pasado gañan….. Enrique, pronto, estarás con nosotros y probarás lo que se siente en una carrera de este tipo, sabemos que lo estás deseando, pero nosotros lo deseamos mas…..ambos sois fuertes,  y algún día esto será solo una anécdota.
Este tipo de pruebas, tienen un coste elevado. Nosotros contamos con patrocinadores que han depositado su confianza en nosotros. Somos un grupo que no pasa desapercibido. Nuevamente, muchas gracias.

1 comentario:

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